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PERDÍ UNA MATERIA, PERDÍ UN AÑO

Vivimos en un mundo lleno de etiquetas, de números, y de competencias laborales. para conocer a alguien sueles hacer preguntas numéricas: ¿donde vives? ¿cuanto ganas? ¿cuantos años tienes? ¿cuantas parejas has tenido? ¡cuantos amigos tienes en facebook? y terminas reduciéndote a un numero.  Y acepto como adulto y como maestro que soy, que nosotros no ayudamos mucho a mejorar la situación. En mi trabajo caminando por colegios y entre estudiantes me sorprenden y disgustan cuiertas costumbres que tenemos en nuestros colegios.

En primer lugar me molesta que en los salones se acostumbre a llamar a los jóvenes por sus apellidos y no por sus nombres, siempre tratamos de diluir su identidad.  En muchos casos los mismos jóvenes se acostumbran tanto a que los llamen por un apellido o por un numero de código, que contestan mecánicamente a la pregunta que les hago.

- ¿Como te llamas?

- Juan Manuel Perez Garcia.

- ¿pero como te dicen?

- Perez

Y esta conversación se repite a Diario. Normalmente tengo que aclarar que busco el nombre con el cual les gusta ser llamados. Pero se ven a si mismos como unas cifras. Y en época de notas de fin de año mucho mas.  Todos los profesores hemos tenido la experiencia de ver un alumno llorar por una 4.9, por una décima para ser excelente, como si la falta de ese decimal le restara algún merito a su trabajo. Confieso que a veces (muy seguido en realidad) me gusta quitar esa décima final y ver sus rostros de angustia; de alguna manera siento que les ayudo a comprender  que esa nota simplemente no los refleja.

Pero me parece aun mas triste el ver al final del año a un estudiante triste, deprimido al extremo, por que una nota los dejo hechos un 2.5 o un 1. Son muchos pero hoy quiere escribirle a una estudiante, que podría ser cualquiera en el mundo. Llamemosla  Ana, simplemente Ana.

Ana, yo se que hoy estas confundida y triste por que te anunciaron que tus notas en un par de materias, quedaron por debajo de la nota que alguien puso como mínimo de referencia para pasar al siguiente año escolar.  Aquí ya no importa cuantos décimas te hicieron falta o en cuantas materias, ya no vale llorarle al profesor o al rector. Tu sabes ya que perdiste el año y que es la consecuencia de tus acciones. Quizás no te esforzaste lo suficiente, quizás el enfoque del colegio no es el tuyo, quizás los problemas o angustias extracurriculares te afectaron; pero nada de eso importa ya. Estas en el punto de sentirte mal contigo misma por el resultado, cansada de escuchar esa nota que te dieron una y otra vez en tu cabeza. hasta has llegado a creerte tu misma que esa eres tu, que eso vales. 

Algunos adultos te habremos dicho ya que no sirves para nada, que no hiciste nada, que eso te pasa por perezosa. Cuando en el fondo sabemos que las notas en buena parte son por azar, por el genio del día, por que un día trajiste o no un trabajo, o por que el día del examen estabas o no concentrada. Son muchas cosas y muy difíciles de evaluar. El sistema es así y no hay por ahora otro sistema de educación mejor. Tampoco somos culpables los maestros, intentamos dentro del sistema apoyarte y ayudarte, pero los dos fallamos. También falló la familia que viene a buscar explicación y apoyo cuando ya es tarde.

Pero aqui esta lo que de verdad debes recordar:  Ana, tu no eres igual a todo el mundo. Eres rara, diferente y única. En realidad esta bien sacar buenas notas, pero eso no es lo que te hace persona o valiosa. Cuando te dicen que eres tan importante o valiosa como tu estudio, es mentira,. Las mejores personas que he conocido en la vida , incluidos mis abuelos, fueron personas que ni siquiera terminaron su primaria. Puedes creerte el cuento de que vales ese 2.5, o puedes pensar mejor que esa nota no te representa y por lo tanto este no es mas que un inicio. De hecho eres muy joven y debes aprender de las caídas. te descuidaste y tropezaste, pero eso no te quita el valor que Dios te ha dado, solo demuestra que te fuiste por un camino mas largo.

Entonces ¿cuanto vales? Pues te lo pongo asi, Hoy Dios te pide que mires las estrellas y pienses cuantas galaxias, constelaciones, sistemas planetarios y planetas pueden haber en el mundo. No soy astrónomo ni físico pero puedo asegurarte que son un numero enorme.  Y de todo este universo es justo en este planeta donde se conoce vida inteligente; si inteligente y sin nota, Dios no nos puso nota. Y de todo este planeta con sus billones de habitantes, el te sigue amando a Ti, te hizo perfecta, te dio vida sentimientos y razón. Que importa si perdiste el año con un 2, si Dios te puso 5  en tu creacion.

 

Cuidado, eso no quiere decir que no debas estudiar y esforzarte mas, solo que no debes hacerlo por un numero o por los resultados. El próximo año intenta estudiar por aprender, por ser feliz, por responder a tus seres amados pero sobre todo por que sabes que tu vales y puedes hacerlo. Vuelve a empezar, acepta las consecuencias de tus actos ahora, pero piensa desde ya en el futuro: Dios te da la oportunidad de empezar de nuevo.

 

Pídele fuerzas al Señor, en este momento inicia con este texto bíblico y termina con una oración en silencio. Y si aun sientes ganas de llorar, llora, pero sabiendo que Jesús esta a tu lado consolándote: Los jóvenes se cansan y se agotan, una y otra vez tropiezan los mozos; recobran, en cambio, su fuerza. Los que esperan en el Señor, alzan su vuelo como las águilas; corren pero no se cansan, andan y no se fatigan. (Isaías 40:30-31)

 

 

PARA PADRES LES DEJAMOS ESTE VIDEO SOBRE EL TEMA:

 

 

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